las escobillas se arrastran sobre la piel de la caja, como la espuma de un mar lejano en el tiempo; el contrabajo vibra lento y largo en el pecho, como una leve pena, un dolor soportable.. y, antes de interpretar su primera nota, todos los sufrimientos, incluso los que no ha vivido, viajan por su sangre hasta su mirada, obligándole a cerrar los ojos.